Martina en tierra firme

11:23:00

Hoy me gustaría comenzar la entrada dando las gracias a Elísabet Benavent, por hacer posible que acabe sus historias con un nudo en la garganta, llorando las lágrimas de felicidad y haciendo posible que sienta que la historia que he vivido ha sido mía. Desde este humilde blog, gracias Betacoqueta, porque tu forma de expresar todo ese mundo de ideas que está dentro de tu cabeza consiga que nos olvidemos de los problemas y nos adentremos en un mundo donde el amor, en todas sus versiones, conquista nuestros corazones.



Martina en tierra firme continúa contando la historia de Pablo y Martina, la cual no acabó del todo bien en Martina con vistas al mar. Sin embargo, no puedo entrar en detalles, porque incluso los más superficiales pueden dar pie a que hagáis una idea de lo que pasa dentro de esas 695 páginas donde el amor y el desamor están narrados en forma de acontecimientos.

Además, en el libro se desarrolla definitivamente las vidas de Amaia y Sandra, compañeras de piso de Martina, tan distintas que hacen que se rompan todas las teorías de que los polos opuestos se atraen.

No tengo palabras para describir todo lo que he sentido leyendo esta historia. He de confesar que he retrasado su lectura porque me había enamorado demasiado (y muy rápido de Pablo) en el anterior libro y no quería llevarme otra decepción de amor. No estaba preparada. Al menos, no después de que Will me dejara el corazón hecho pedazos en Me before you. 

Pablo Ruíz es guapo, inteligente, con sentido de la moda; sensible, cariñoso, atento, detallista, mimoso, sincero. El hombre con el que toda mujer ha soñado y que, en el fondo, desea encontrar a lo largo de su vida. No es dinero ni su belleza física imaginaria lo que me ha conquistado, es la forma en la que he visto reflejada en el libro de cómo ama a Martina. Me lo he imaginado observándola mientras duerme con los ojos brillantes de amor, convirtiendo sus imperfecciones en detalles característicos de personalidad; un amor que te apoye y te ame a pesar de lo desagradable que puedas ser en ocasiones. Lectores, ¡me declaro culpable! Incendiaría El mar si realmente existiera si con ello conociera a Pablo. Estoy perdidamente enamorada de él, lo siento Martina. 

Martina me ha sacado de mis casillas en ocasiones, lo reconozco. He leído partes de la novela con el ceño fruncido porque detestaba su forma de actuar. Se estaba dando cuenta de lo que estaba pasando a su alrededor y no hacía nada por impedirlo. Pero creo que me enfurecía más con ella porque la veía como un reflejo de mi alma, una 'Alicia a través del libro'. No sé si me comprendéis. Una persona que siente tanto por dentro que le es imposible exteriorizarlo con palabras porque, en el fondo, teme que las reacciones de las personas a las que se la dice no sean las esperadas. ¿Miedo? Puede ser. 

Amaia y Sandra son como el ángel y el demonio que se sientan en tus hombros cuando no sabes qué decisión escoger. Amaia es el ángel, la sensata, la que le dice a Martina las cosas tal y como son, aunque el fondo ella no esté a gusto consigo misma. Sandra es más como el diablo, de las que dicen las cosas para hacer daño y de las que luego se arrepiente; frívola pero porque en el fondo está necesitada de cariño. 



La forma en la que las historias están narradas, los diferentes puntos de vista, de narrador; la música, las escenas recreadas... Todo en su conjunto hace que el libro sea digno de ser best seller.

Resumo mi puntuación, de 4'5/5, en una frase extraída del libro: 

"Perdóname por ir así, buscándote tan torpemente, dentro de ti"


¡Nos leemos pronto! 




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2 comentarios

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Libro Ideal